Trabaja desde casa

Cómo mejorar el manejo respetuoso de rabietas en niños.

            Tratar con los niños no es tan fácil como se cree, sobre todo cuando se es padre por vez primera. Bien dicen que la mejor manera de enseñar algo, es demostrándolo con el ejemplo. Por ello, el manejo respetuoso de rabietas en niños es la forma más eficaz de que tus hijos aprendan a controlar sus ánimos y respetar a los demás. Para comenzar con esta explicación de cómo manejar las rabietas, mentaliza esto: Se firme en tus decisiones y escucha a tus hijos, la mejor manera de controlar los berrinches es previniéndolos.

Cómo manejar las rabietas de forma respetuosa.

            Cuando un niño te pide algo es porque lo necesita o requiere de tu atención. Analiza siempre lo que te pida tu hijo y podrás prevenir una rabieta. Por ejemplo: Si tu hijo se acerca a ti mientras estás ocupada haciendo la cena, solo para pedirte que abras su baúl de juguetes para entretenerse con algo ¿Qué le dirías? Muchas madres cometen el error de responder con un “No, estoy ocupada”, sin vacilar. Consecuentemente, el niño intentará abrir el baúl por él mismo, sino lo logra, se frustrará y formará un berrinche. Luego de ello hay dos escenarios, te sentirás culpable o castigarás a tu hijo injustamente por hacer el berrinche.

            Para conseguir un manejo respetuoso de rabietas en niños, se recomienda que se analice si la razón de dicha rabieta es justificable o no. Es decir, en el caso anterior, se justificó esa rabieta, el niño estaba aburrido y simplemente necesitaba entretenerse con algo. Si eres de las personas que se sintió mal y luego fue abrir el baúl para compensarlo, entonces estás agravando el asunto.

manejo respetuoso de rabietas

El niño creerá que con un berrinche es la mejor manera de obtener lo que él desea, y lo es estarás condicionando para que repita dicha acción, esta vez no como respuesta a la falta de atención, sino con el propósito de obtener algo. Por ello, el manejo respetuoso de rabietas en niños, comienza por prestar atención a cada cosa que te pidan. De haber estado realmente ocupada y de haber tenido que dar un “no” como respuesta, mantén dicho no, ya que, al cambiar de opinión, sucederá lo que acabamos de explicar, un mal condicionamiento. Ahora bien, el berrinche será probablemente inevitable en ese punto, pero puedes hablar con él de manera muy seria un minuto y explicar por qué has decidido decir que no a su necesidad. El niño entenderá a pesar de su edad, y poco a poco se dará cuenta que los “No”, son por necesidad y no por falta de atención.