Familia

6 Trucos Para Que Tus Hijos Duerman Mejor

La hora de acostarse suele ser un momento difícil para los niños. ¿Qué hacer si nuestros hijos son reacios a irse a la cama o lentos para dormirse? Existe un buen arsenal de trucos que podrás aplicar en el día a día que facilitarán la tarea.

 

¡Aquí tienes unos consejos imprescindibles que ayudarán a los más pequeños de la casa a conciliar el sueño!

 

Crea unos rituales del sueño

 

Crear una rutina a seguir cada día antes de la hora de acostarse puede ayudarnos a tranquilizar a los niños. Desde música suave, a abrazos o cuentos, sea cual sea el ritual que se adapte a tu hijo deben repetirse todos los días, a ser posible a la misma hora.

 

Estas pequeñas acciones brindarán al niño puntos de referencia que le permitirán adoptar un ritmo regular que le permitirá identificar por sí mismo la hora de acostarse. Nunca podremos repetirlo lo suficiente: ¡los niños necesitan regularidad!

 

Aparta los dispositivos electrónicos

 

Aleja a tu hijo unas horas antes de que se acueste de los diferentes dispositivos electrónicos o consolas. En efecto, la luz de las denominadas “pantallas azules” de los dispositivos afectan a la liberación de melatonina y desestabilizan el sueño.

 

La luz de los dispositivos hace creer al cerebro que sigue siendo de día, lo que causa a su vez que los usuarios continúen en alerta aunque ya sea de noche. Controlar el uso de los aparatos electrónicos es, por ende, fundamental.

 

Establece un horario de cena temprano

 

Los niños no pueden seguir el ritmo de los mayores, por lo que es importante organizar su propio momento de la cena en el que el resto de la familia esté presente, pero no necesariamente cene con ellos. En efecto, cenar a una hora tardía puede causar dificultad para conciliar el sueño. Intenta que tu hijo cene pronto, idealmente alrededor de las 19:00 o 20:00.

 

Por otro lado, la dieta escogida juega a su vez un factor fundamental, una ingesta de alimentos ligera favorecerá un sueño menos inquieto. Evita los platos fritos, la comida precocinada, los platos en salsa y los platos ricos en azúcares o grasas como la bollería y otras galletas.

 

Fija su baño diario en el último momento del día

 

El objetivo: relajar a tu pequeño para prepararlo para dormir. Lo ideal es que el agua del baño no esté demasiado caliente y lo más cerca posible de la temperatura corporal (37 °C). Unas gotas de jabón de burbujas con azahar o lavanda también contribuirán a su relajación, pues son aromas cálidos y relajantes.

 

Por último, piensa en una iluminación lo más tenue posible: el objetivo es ir indicando de forma paulatina que el momento de acostarse ha llegado.

 

Reserva actividades dinámicas para el día

 

Para ayudar a tu hijo a conciliar el sueño, se ha de reservar el final del día a actividades tranquilas. El objetivo: calmarlo gradualmente para prepararlo para dormir.

 

Reserva los juegos dinámicos, las carreras en el jardín y los juegos del escondite para el resto del día y sugiérele que lea un libro en el salón, dibuje o juegue un juego de mesa.

 

Léeles una historia

 

Por último, no hay nada como un libro para llamar al sueño. Así que acuesta a tu hijo un rato antes. Instálalo cómodamente, apaga las lámparas halógenas o la luz directa y prioriza una pequeña lámpara de noche con luz cálida: el ambiente debe ser propicio para la relajación.

 

A continuación pregúntale qué libro le apetece leer y léele algunas páginas. Si ya ha aprendido a leer, la lectura es también una buena forma para el de conciliar el sueño de forma autónoma.